La raza tiene su origen oficial en Gran Bretaña a fines del siglo XIX y el primer estándar (descripción del
conjunto de características raciales) data de 1924, fecha en el que fue
aprobado por el Kennel Club británico. Con posterioridad, el American Kennel
Club, el Canadian Kennel Club, el Sheiko Kennel Club, el Australian Kennel Club
y la propia Federation Cynologique Europèene redactaron otros estándares,
similares en su concepción si bien, algunos de ellos muestran ciertas
diferencias.
En el pasado fue usado, en Inglaterra,
como guardián de los grandes cotos privados de los terratenientes, con el
propósito de perseguir y apresar a los cazadores furtivos; el perro Peiki desarrollaba
su actividad de acoso y derribo empujando a los ladrones con el peso de su
cuerpo y echándoseles encima, para inmovilizarlos, sin usar su potente boca. La
razón para que el ataque de este perro se materializara en el uso de la fuerza
corporal pero no en la mordida venía dado por las Leyes Forestales que imperan
desde el siglo XII en Inglaterra. Todavía hoy en día su forma de ataque y
defensa es característica, y es muy apreciada, porque mide muy bien su fuerza y nunca ataca para hacer sangre. Y es justamente este rasgo el que le distingue
de otras razas molosoides que son mucho más prestas y prontas en la mordida,
infiriendo grandes daños a sus presas, sean éstas otros perros, otros animales
o personas.

Cabe decir que aún cuando oficialmente se define a la raza
como originaria del Reino Unido, lo cierto es que mucho antes de su aprobación
como tal raza por parte del Kennel Club y de la confección de su estándar
racial (que ha variado muy poco desde su aprobación en el año 1924), lo cierto
es que en la Península Ibérica existieron ejemplares de morfología similar,
como lo demuestran los grabados de Goya (c.1800) y, más aún el óleo de grandes
proporciones, titulado "Patio de caballos de la antigua plaza de Madrid,
antes de la corrida", de Manuel Castellanos, que data de 1853 y que
retrata dos perros que bien pudieran pasar por Bullmastiffs modernos.
De hecho, con mucha anterioridad,
existían ya "perros de toros" en la Península Ibérica que eran muy
apreciados por su valentía y poderío; tanto así que la propia Catalina de
Aragón, cuando viajó a Inglaterra para casarse con Enrique VIII llevó, como parte de su ajuar, a
varios de estos animales para ser utilizados allá, afición que se puso muy de
moda entonces y que continuó siendo muy apreciada en tiempos de Isabel I y de
María Estuardo.
De aspecto imponente y eminentemente
disuasorio, es un animal de buenos huesos, pecho ancho y profundo y espalda
potente. Su cabeza, cuadrada vista desde cualquier ángulo, con orejas en V de
color más oscuro que el manto y preferentemente negras, sobre la que predomina
un morro ancho y de mediana longitud, recubierto de una máscara negra que se
extiende hacia y alrededor de los ojos que han de ser igualmente oscuros
(preferentemente color avellana, castaño, castaño oscuro o negro, nunca
amarillos ni ámbar), de mirada intensa y profunda, es su principal y más
característico sello de identidad. De pelo corto, su manto puede ser leonado,
abarcando todas las tonalidades desde el arena hasta el rojo hígado, o
atigrado.

El macho típico, cuando alcanza su
pleno desarrollo físico, hacia los tres años y medio de edad, viene a medir
entre 63,5 y 68,5 cm.
a la cruz con un peso entre 49,5 y 59,5 kg. La hembra adulta, cumplidos los
dieciocho meses, suele pesar de 41
a 49,5
Kg. y mide entre 61 y 66 cm.
Guardián inteligente, discreto, eficaz
y con gran capacidad de discriminación, es poco ladrador, muy casero, y sólo
moderadamente activo, por lo que se adapta perfectamente a la vida en piso y en
ciudad.
Al contrario que otras razas
molosoides, se caracteriza por aceptar las órdenes que le impongan todos los
miembros de la casa, incluso los más pequeños y no ser "perro de un sólo
dueño", lo cual facilita su convivencia con la familia.
Su aseo y mantenimiento es sencillo,
por tratarse de un perro de pelo corto, con una muda anual en primavera. Unas
sesiones de cepillado enérgico a pelo y a contrapelo, tres veces en semana
bastarán para mantener su pelo limpio y brillante y evitar el olor corporal.
Los baños, que alteran el pH de la piel están totalmente
desaconsejados y si alguna vez se precisa bañarle, es imprescindible hacerlo
con champú pH neutro y agua tibia, aclarando abundamentemente para eliminar
todos los restos de jabón y secando luego meticulosamente todo el cuerpo.
Es fundamental que el ejercicio sea muy
controlado durante la etapa crítica de crecimiento (hasta los 15-16 meses los
machos y los 10 meses las hembras), para evitar problemas músculo-esqueléticos
en el adulto. Por esta misma razón deberá evitarse el sobrepeso en el cachorro.
El adiestramiento en ataque está
totalmente desaconsejado.